La formación de las rocas y océanos

By Alejandro Cruz / Publicado Ene. 15, 2025 a las 5:50 pm

En la primera y atormentada época de nuestro planeta el aspecto de la superficie terrestre era aterrador, siendo así la llegada de la formación de las rocas y los océanos.

El magma incandescente rebullía en la superficie entre explosiones continuas, mientras que una lluvia de meteoritos y partículas cósmicas, atraídas por la gravedad terrestre, contribuían a aumentar el volumen de la esfera que giraba en el espacio.

Inmensas volutas de gases y de vapor acuoso se elevaban, separándose del magma, y oscurecían el cielo impidiendo que la luz del Sol iluminara la Tierra.

La sombría noche de los primeros tiempos se veía interrumpida constantemente por los siniestros resplandores de las explosiones y erupciones superficiales.

La formación de las montañas que ahora incluso son objeto de investigación.

Pasaron millones de años antes de que sobre el mar de lava surgieran las primeras islas de roca derivadas del magma enfriado.

El magma incandescente que formaba la Tierra dio lugar, como consecuencia de su solidificación, a algunos tipos fundamentales de rocas llamadas ígneas (del latín ignis, que significa fuego).

Hoy en día, sin embargo, casi no quedan restos de tales rocas, por lo menos en la superficie: corroídas y destruidas por los agentes atmosféricos, se han transformado en detritos.

Estas substancias, transportadas a las grandes cuencas marinas por las aguas, se depositaron en ellas a modo de estratos, y con el tiempo se solidificaron conjuntamente para formar nuevas rocas.

Así se formaron las primeras montañas

Al irse enfriando poco a poco, el magma terrestre se solidificó en la superficie y la Tierra se cubrió de una costra de rocas primitivas, formadas principalmente por granito y basalto.

Estas rocas envolvían como una rígida coraza a nuestro globo, que en su interior seguía encontrándose en estado incandescente.

Cuando la Tierra, al enfriarse todavía más, se redujo de volumen, el estrato rocoso que la cubría tuvo que contraerse, tal como le ocurre a una manzana que se marchita y cuya piel se arruga.

La coraza de rocas primitivas se arrugó y se dobló por defecto de las fuertes presiones laterales. En algunos puntos se hundió en el magma subyacente, mientras que en otros se elevó hacia el cielo.

Nacieron así las primeras montañas, de las que actualmente no queda ninguna huella.
Las numerosas perturbaciones que tuvieron lugar en el transcurso de milenios llevaron gradualmente a su total destrucción.

Las montañas que podemos admirar hoy en día pertenecen a épocas posteriores, y en algunos casos son muy recientes.

¿Cuándo apareció el agua sobre la Tierra?

Las primeras ondulaciones de la costra terrestre tuvieron lugar en medio de la oscuridad más absoluta, en un ambiente todavía muy cálido.

La Tierra se había enfriado lo bastante como para dar lugar al endurecimiento de las rocas, pero su temperatura era muy superior a la de la ebullición del agua.

El agua, uno de los recursos naturales más importantes para toda la humanidad

Por consiguiente, no podía encontrarse sobre la superficie de la Tierra ni una sola gota de agua, y el vapor acuoso que se escapaba de las ardientes grietas del suelo se acumulaba en enormes masas de nubes que oscurecían por completo el cielo.

Si, por efecto de la intensa condensación, el vapor se transformaba de vez en cuando en lluvia, las gotas que caían, al entrar en contacto con la ardiente superficie terrestre, se evaporaban en seguida.

De ahí que el cielo de nuestro planeta se hallara cubierto siempre por masas de vapor en ebullición.

Pero llegó un momento en que, tras haberse enfriado todavía más, las rocas ya no estuvieron en condiciones de provocar la ebullición del agua que entraba en contacto con ellas.

Y entonces empezó a caer la lluvia.

¿Cuándo se formaron los océanos?

Bajo el incesante arreciar de la lluvia, las rocas más blandas se disgregaron y fueron arrastradas hacia abajo.

Nacieron así los primeros valles, por los que las corrientes de agua descendían hacia las mayores depresiones de la superficie terrestre.

Estas acogieron el agua que bajaba del cielo y la que procedía de las zonas más elevadas. Se llenaron y se transformaron en cuencas de agua cada vez mayores, de las que emergían islas y volcanes que escupían lava.

Nacieron los primeros mares y los océanos primitivos. El mayor desarrollo de los océanos tuvo lugar en la era pale zoica, coincidiendo con las grande lluvias.

Continentes enteros quedaron sumergidos por las aguas, que se extendieron cubriendo buena parte de la superficie terrestre.

El predominio de los mares duró más de cien millones de años y terminó en el período Cámbrico, durante el cual se inició una nueva serie de enormes ondulaciones de la corteza terrestre.

A esta época se remonta la formación de los montes de Escandinavia, de Escocia y de Irlanda.

Los primeros océanos que se formaron en la Tierra son el Océano Pacífico, el Océano Atlántico y el Océano Índico.

Estos océanos se establecieron a lo largo de millones de años, a medida que la tectónica de placas y las condiciones geológicas permitieron la acumulación de agua en las cuencas oceánicas. El Océano Pacífico es el más grande y profundo, seguido del Atlántico y del Índico.