Cuándo empezó la edad de los grandes reptiles

By Alejandro Cruz / Publicado Ene. 20, 2025 a las 4:43 pm

Los dinosaurios, reptiles gigantescos que vivieron en la Tierra en la era Mesozoica, durante casi 70 millones de años, derivaban de pequeños anfibios que abandonaron las aguas en el período Carbonífero.

Al empezar algunos anfibios a producir huevos de cáscara dura, y hallarse por tanto en condiciones de prescindir del agua a la que se veían obligados a regresar en la época de la reproducción, nacieron los primeros reptiles.

Ello ocurrió hace aproximadamente 220 millones de años, cuando la corteza terrestre estaba experimentando grandes modificaciones.

El primer reptil fue probablemente el Seymouria, que era de reducidas dimensiones. Una expedición geológica del año 1969 pudo establecer que dicho reptil habitaba incluso las actuales tierras del Polo Sur.

Los primeros reptiles o dinosaurios que aparecieron en la tierra, cada especie marcando su territorio.

Entre los reptiles más antiguos se contaban también los primeros gigantes, como el Moschops, de más de dos metros de longitud.

Favorecidos por el clima, los reptiles se multiplicaron rápidamente en todas las tierras emergidas, diferenciándose en numerosas especies.

Una de las más importantes fue aquella a la que pertenecía el pequeño Saltoposuchs, el primer reptil capaz de caminar sobre las patas posteriores.

En el mismo período aparecieron asimismo las grandes tortugas terestres y otros reptiles pequeños, cuyas formas poco llamativas hubieran pasado desapercibidas si de ellos no hubiera derivado otra importantísima familia de animales: aquella a la que pertenecen las actuales lagartijas y serpientes.

Por consiguiente, a principios de la era Mesozoica ya estaban esbozados algunos grandes grupos de animales cuyas especies han llegado hasta nosotros.

Se trata del Cynognathus, que fue probablemente el primer animal por cuyas venas corrió sangre caliente, antepasado de los mamíferos.

¿Cuándo adquirieron los peces formas parecidas a las actuales?

En la época de los grandes reptiles, hace 100 o 200 millones de años, la vida del mar experimentó una profunda modificación.

Desaparecieron los peces provistos de coraza, destruidos tal vez por los voraces selacios, antepasados de los actuales tiburones.

Los peces de esqueleto cartilagíneo se hicieron muy numerosos y alcanzaron grandes dimensiones.

Poco a poco fueron aumentando también los peces de esqueleto óseo, diferenciándose en un gran número de especies.

Primos fósiles encontrados en los que se aprecia una forma de vida acuática que actualmente ya no parece existir en la tierra.

Su gran difusión se debió sobre todo a su enorme habilidad para nadar y alimentarse. Su aspecto era ya muy parecido al de sus descendientes.

Hace unos 100 millones de años ya habían aparecido prácticamente todas las especies de peces óseos que hoy pueblan los océanos, y desde entonces pocas han sido las modificaciones que han tenido lugar.

Incluso las tortugas gigantes que hoy se pescan en el mar no han cambiado desde aquellos tiempos y son, en su aspecto, muy similares a la gran Archelon cuyas huellas fósiles se han descubierto en rocas de 100 millones de años de antigüedad.

Los únicos que experimentaron nuevas y profundas transformaciones fueron los selacios. Desaparecieron muchas especies, y otras modificaron por completo sus características, hasta adoptar el aspecto que presentan los escualos actuales.

En otros tiempos, estas especies eran muy numerosas en nuestros mares, y en las zonas fosilíferas de los Prealpes es bastante fácil hallar dientes de escualo.

¿Cuándo vivieron los gigantes de concha de caracol?

Las huellas de los animales fósiles contenidas en las rocas del período Cámbrico, y cuya antigüedad se remonta a 550 millones de años, nos confirman que los trilobites fueron los primeros animales en poseer una coraza capaz de protegerles las partes blandas del cuerpo.

Sin embargo, con el paso del tiempo, muchos otros habitantes de los mares produjeron conchas calcáreas.

Entre ellos figuraban auténticos gigantes como el Nautilus, enorme molusco provisto de tentáculos y cuya concha presentaba la forma de un cono alargado, de vivos colores, que alcanzaba los cuatro metros de longitud.

Diferentes tipos de fósiles.

Era un animal de presa, que se arrastraba por el fondo dispuesto a aferrar a sus víctimas con sus largos tentáculos.

De él derivaron más tarde los pulpos y las jibias actuales. Resulta interesante destacar cómo el examen de los fósiles de los Nautilus de épocas sucesivas nos revela una forma insospechada de evolución natural.

En efecto, los primeros Nautilus poseían una concha muy larga, en forma de cono completamente recto; pero, con el paso del tiempo, la concha se fue aproximando cada vez más a la de nuestros caracoles.

Se han llegado a encontrar restos de fósiles de animales que en la actualidad ya no existen.

El porqué de esta evolución reside en el hecho de que, en igualdad de peso, resulta más fácil transportar un objeto enroscado sobre sí mismo que arrastrarlo por el suelo.

Por eso los primeros Nautilus, que por una anomalía nacieron con la concha enroscada, se encontraron en una situación ventajosa para luchar, mejor que sus semejantes, por la supervivencia.

Con el paso del tiempo, los Nautilus de concha alargada sucumbieron a las asechanzas del ambiente y desaparecieron, mientras que aquellos de concha en forma de espiral se difundieron.

Cuándo apareció el antepasado de los dinosaurios carnívoros

Cuando aparecieron los reptiles, la vida hervía intensamente sobre la Tierra, al tiempo que la gran fragua de la evolución iba dando lugar a formas cada vez más distintas de animales.

Cada nuevo reptil puede ser considerado como un nuevo experimento de la naturaleza. Algunos de tales experimentos alcanzaban el éxito, en cuyo caso la nueva especie se desarrollaba, se multiplicaba y se perpetuaba.

Otros fallaban, y entonces los nuevos animales, poco aptos para afrontar las asechanzas del ambiente, sucumbían ante los más fuertes y se extinguía su especie.

Uno de los experimentos mejor logrados de la naturaleza, a comienzos de la era Mesozoica, fue sin lugar a dudas el Saltoposuchus.

Se trataba de un pequeño reptil de apenas diez centímetros de longitud, pero dotado de una enorme vitalidad.

Había adquirido, además, la capacidad de sostenerse y caminar sobre las patas posteriores, que eran muy musculosas y ágiles. Podía, por tanto, utilizar las patas anteriores para agarrar a las presas.

Gracias a esta característica, y a pesar de sus reducidas dimensiones, el Saltoposuchus no vacilaba en atacar a presas de gran tamaño. De este animal derivaron en muy poco tiempo todos los dinosaurios.