¿Quién fue Diocleciano? Resumen

Cayo Aurelio Valerio Diocleciano Augusto mejor conocido únicamente como Diocleciano fue un emperador Romano quien combatió la crisis del siglo III reorganizando la hacienda, la justicia, la administración y el ejército pero al mismo tiempo fomentó la persecución a cristianos en el Imperio romano en la famosa “Gran Persecución” o La persecución de Diocleciano. Diocleciano nació el 22 de diciembre de 244 en Salona, Ilírico y falleció el 3 de diciembre de 311 en Spalatum, Ilírico, sus restos descansaron en el Palacio de Diocleciano que en la actualidad es muy visitado en Croacia.

Biografía de Diocleciano

Diocleciano, cuyo nombre completo era Caius Aurelius Valerius Diocletianus, fue un emperador romano que gobernó desde el año 284 hasta el 305 d.C. Nacido en Dalmacia, en la costa del Adriático, Diocleciano llegó a ser uno de los líderes más poderosos de la historia romana, gracias a sus habilidades militares y políticas. A lo largo de su reinado, implementó una serie de reformas que transformaron el Imperio Romano y sentaron las bases para la supervivencia del Imperio por muchos años después.

Inicios de Diocleciano

Diocleciano nació en el año 245 d.C. en la ciudad de Salona, en la costa dálmata de la península balcánica. Poco se sabe de sus primeros años de vida, pero se cree que su padre era un esclavo que llegó a ser liberto y después se convirtió en un funcionario del gobierno romano. Recibió una educación en latín y griego, y mostró interés en la literatura y la filosofía.

En cuanto a su origen fue tan humilde que no se sabe a ciencia cierta quién fue su padre. En tiempo del emperador Galieno, ingresó en el ejército romano, en el que por sus dotes militares, su carácter firme e inteligencia pronto alcanzó los grados más elevados. Durante los reinados de Caro y Numeriano, fue jefe de la guardia imperial.

Carrera militar y ascenso al trono

Diocleciano se unió al ejército romano en su juventud, y rápidamente ascendió en las filas gracias a sus habilidades como soldado y líder. Sirvió bajo varios emperadores, incluyendo a Carus y Numerian, y se destacó por su valentía en la batalla y su habilidad para reprimir las revueltas militares.

En el año 284 d.C., después de la muerte del emperador Carinus, Diocleciano fue proclamado emperador por las tropas de la provincia de Mesia. Poco después, consolidó su posición al derrotar a sus rivales y asegurarse el control de todo el Imperio Romano. Diocleciano se convirtió en el primer emperador en ascender al trono sin ser miembro de la aristocracia romana.

Reformas implementadas por Diocleciano

Diocleciano se distinguió por su habilidad administrativa y política.
Pensando con razón que un solo individuo no podría controlar eficazmente el imperio, estableció la Diarquía (gobierno de dos) y la tetrarquía (gobierno de cuatro). Así fue como compartió el gobierno con Maximiano, con Constancio Cloro y con Galerio. A la muerte de Numeriano, el ejército exaltó a Diocleciano al trono, allá por el mes de septiembre de 284.

Una vez en el poder, Diocleciano se dedicó a reformar el Imperio Romano. Uno de sus mayores logros fue la creación del sistema de tetrarquía, que dividió el Imperio en cuatro regiones gobernadas por dos emperadores principales y dos subordinados. Este sistema permitió una mejor gestión del territorio y una mayor eficacia en la lucha contra las invasiones bárbaras.

También reformó la administración pública, creando una jerarquía clara de funcionarios y estableciendo un sistema de impuestos más justo y equitativo. Además, construyó una serie de obras públicas, como carreteras, acueductos y fortificaciones, que mejoraron la infraestructura del Imperio y facilitaron el comercio.

Persecución a los cristianos

A pesar de sus logros políticos y administrativos, Diocleciano es recordado por su persecución a los cristianos. En el año 303 d.C., promulgó una serie de edictos que ordenaban la destrucción de iglesias y la confiscación de propiedad cristiana. Miles de cristianos fueron encarcelados, torturados y asesinados.

Apoyándose en razones políticas, y creyendo que el cristianismo amenazaba la integridad de su imperio, desató una terrible persecución contra los creyentes, la que se inició el día 23 de febrero del año 303. Perecieron millares de fieles, pero la sangre derramada, en vez de ahogar a la Iglesia, la hizo surgir más fuerte, confirmando el pensamiento de Tertuliano de que “La sangre de los mártires, es semilla de cristianos”.

Muerte de Diocleciano

Diocleciano, el emperador romano que gobernó desde 284 hasta 305, falleció en el año 311 en su palacio en Spalatum (actual Split, Croacia). Después de abdicar en el año 305, vivió retirado en su residencia en Dalmacia, donde se dedicó a la agricultura y la jardinería. Sin embargo, en el año 311, su salud empeoró y falleció a la edad de 66 años.

La muerte de Diocleciano puso fin a una era de reformas y estabilidad en el Imperio Romano. Durante su gobierno, implementó una serie de medidas para fortalecer la economía, reformar el ejército y reorganizar la administración del Imperio. También inició la Diocleciana persecución de los cristianos, que continuó después de su abdicación.

A pesar de que su reinado fue controvertido y a menudo brutal, la figura de Diocleciano sigue siendo un tema de interés para los historiadores y el público en general. Su legado ha sido objeto de debate, ya que algunos lo consideran un dictador sanguinario, mientras que otros lo ven como un reformador y un defensor de la estabilidad del Imperio.