Cuando se creyó que las ballenas eran temibles

By Alejandro Cruz / Publicado Ene. 13, 2025 a las 4:31 pm

Todo el mundo sabe hoy que la ballena no es un pez, sino un mamífero. Sin embargo, hasta mediados del siglo XVI los científicos la consideran un pez de gran tamaño, y los conocimientos acerca de este animal eran tan vagos que habían dado lugar a leyendas muy extrañas.

En realidad, las dimensiones de las ballenas son excepcionales, pero no como las describían los antiguos.

La especie boreal alcanza como máximo los 21 metros de longitud, un tercio de los cuales es cabeza.

Actualmente hay una gran variedad de ballenas y de diferentes tamaños, algunas no tan peligrosas pero otras incluso más que un tiburón.

Su boca es auténticamente enorme, pues mide hasta 6 metros de longitud y 3 de anchura. Para alimentar-se, la ballena sorbe una bocanada de agua de mar y, con las mandíbulas cerradas y utilizando la lengua como émbolo.

La expulsa en su totalidad a través de los fanones (láminas córneas desflecadas que ocupan el lugar de los dientes).

En la boca del cetáceo quedan así atrapados pececillos, gambas y, sobre todo, placton. La ballena gris del norte del océano Pacífico puede alcanzar los 15 metros de longitud.

La ballena rostrada es la más pequeña de su familia: en efecto, alcanza como máximo 9 metros de longitud.

La ballena hembra suele alumbrar un solo “retoño” de aproximadamente 7 metros.

La pesca de la ballena

La pesca de la ballena boreal por parte de los europeos comenzó al escasear otras especies de ballenas, que frecuentaban mares más cercanos a nosotros, por causa de las destrucciones abusivas.

Los esquimales y los pieles rojas conseguían capturar desde tiempo inmemorial algunos ejemplares de este cetáceo, utilizando una técnica muy atrevida: se acercaban al animal a bordo de frágiles canoas, se encaramaban a su cabeza e introducían con fuerza dos palos en sus orificios nasales, provocándoles así la muerte por asfixia.

Los barcos balleneros son muy posteriores. Se trataba de embarcaciones de 200-300 toneladas, velas cuadradas, cubierta llana, bao mayor ancho y espaciosas bodegas, en las que se almacenaban hasta 2.400 barriles de aceite.

Como llegaron los balleneros a comercializar con ellas

Se reconocían desde lejos por las manchas de sus velas, producidas por los hornos de ladrillos en los que se hervía la grasa para la obtención de aceite.

Era indispensable disponer de espacio para cortar las ballenas, de ahí que la habitual toldilla de proa se hallara situada en la popa.

Los balleneros, a diferencia del pesado tipo de embarcaciones al que pertenecían, eran buques muy ágiles, construidos en madera de cedro y tan ligeros que bastaban dos hombres para levantarlos, y cinco remeros para alcanzar los diez nudos.

Cuándo disputaron los científicos a causa de Cook

Los marineros del capitán Cook, que en 1770 se adentraron en el continente australiano para aprovisionarse de carne fresca, regresaron a la embarcación trayendo consigo unas piezas que despertaron el asombro y la curiosidad de todos.

Habían conseguido capturar algunos canguros de gran tamaño, animales jamás vistos hasta entonces.

Difundidos sólo en algunas zonas de Oceanía, estos extraños herbívoros no eran conocidos por los estudiosos de zoología, y el casual descubrimiento de aquellos marineros fue el motivo de que los canguros se hicieran famosos en todo el mundo.

Algunos barcos antes eran usados para hacer expediciones en busca de animales exóticos.

Hoy en día han llegado a convertirse en el símbolo de la fauna australiana.

Con su forma de avanzar a grandes brincos, los canguros se cuentan entre los animales más graciosos que existen.

Los pequeños canguros se pasan mucho tiempo en el interior de la bolsa de la madre. Al nacer, carecen de pelo, y sus extremidades están simplemente esbozadas.

El recién nacido se aferra a la ubre de su madre, la ubre se hincha en su boca, y el pequeño se ve obligado a permanecer unido a la misma, alimentándose hasta alcanzar un desarrollo completo.

Tras los viajes de exploración de Cook llegaron a Europa los más increíbles relatos acerca de la existencia de otros extraños animales, a veces incluso absurdos.

El canguro que antes era habitual verlo pero ahora es un animal en peligro de extinsión

La piel del primer ornitorrinco de que se tiene noticia, por ejemplo, fue traída a Inglaterra en 1797, suscitando acaloradas discusiones y auténticas disputas entre los estudiosos, que no sabían cómo clasificarlo.

En efecto, el ornitorrinco es una extraña mezcla de ave y mamífero.

De las aves posee el pico. parecido al de los patos, y la costumbre de poner huevos. Pero cuando el «pollito» sale del huevo mamá ornitorrinco empieza a amamantarlo como un mamífero corriente.

Más aún: el ornitorrinco posee una cola parecida a la del castor, con el que rivaliza en habilidades natatorias, es un animal de sangre fría como las serpientes, construye madrigueras subterráneas como el topo, y cuando está en tierra avanza al igual que los pingüinos.

En resumen, parece una auténtica broma de la naturaleza, un animal surgido de la fantasía de algún naturalista burlón.

Pero se trata de una criatura que existe y que ha obligado a los estudiosos a examinar atentamente sus costumbres y su anatomía, en busca de posibles parentescos con otros seres vivientes o desaparecidos.

Los viajes del capitán Cook se volvieron toda una leyenda

Gran interés y discusiones interminables provocó también el equidna, otro habitante del continente australiano que presenta una extraña mezcla de caracteres pertenecientes a distintas especies de animales.

Posee púas como las del erizo, una especie de pico-trompa único en su género, patas dotadas de almohadillas como las de los elefantes, uñas muy desarrolladas, y una lengua vermiforme y viscosa como la del oso hormiguero.

Cuando descubre un nido de sus insectos preferidos, “dispara” la lengua al exterior de su picotrompa y captura gran número de ellos.

Al igual que el puerco espín, este animal se enrosca para formar una pelota cuando se le molesta.

Sus hábitos alimenticios son comunes a los del puerco espín, pues se alimenta exclusivamente de las hormigas que captura.

Las fuertes uñas le sirven para excavar y destrozar los hormigueros, provocando la salida de los insectos.

El equidna, que no es muy frecuente, habita en las regiones arenosas y rocosas de la Australia suroriental y de Tasmania. No se le encuentra en otras regiones.